SIGVOL: 5 años de institucionalidad, 10 años de gracia.

Respondiendo al llamado de seguir caminando juntos.

Este año 2007, la fundación está cumpliendo 5 años de vida institucional, pero como reconocíamos, son en realidad 10 años de gracia desde que aquellos sueños, intuiciones de jóvenes miembros de CVX movidos por el contacto con la dura realidad de nuestro país y las invitaciones del Señor, empezaron esta aventura del voluntariado ignaciano. Este sábado 6 de Octubre, abrimos un espacio para compartir en fraternidad el caminar de Sigvol. Terminamos dicha reunión sumamente consolados, agradeciendo al Señor por tanto bien recibido. En el marco de la oración inicial, que nos recordaba que aunque los dones y las funciones son distintas, pertenecemos todos al mismo Cuerpo de Cristo, unidos en una misma vocación y misión. “Si un miembro del cuerpo sufre, todos los demás sufren también; y si un miembro recibe atención especial, todos los demás comparten su alegría” (1Cor 12, 26).

En nombre de toda la comunidad nacional, el CEN hizo entrega y lectura de una carta compartiendo esta alegría y reconociendo este camino de responder al Señor, con el que hemos aprendido tanto y así lo seguimos haciendo.

En estos 10 años Sigvol ha sido:

• un espacio para darse, espacio concreto y real de servicio para miembros CVX y voluntarios de todas las condiciones, ideologías, creencias;
• un espacio para crecer personalmente, de formación;
• un espacio para vivir la espiritualidad ignaciana, donde se toman las decisiones en discernimiento, en comunidad;
• un espacio que crece y sigue creciendo de manera impresionante: colaboradores, voluntarios, proyectos, alianzas, áreas de influencia;
• un espacio donde los laicos hacemos efectiva una relación cada vez más madura, enriquecedora y plena con la Compañía de Jesús y la Iglesia;
• un espacio donde se “hace carne” la Misión Común de la CVX Ecuador que discernimos en el 2003 y que cada día nos esforzamos por vivirla para construir una sociedad más justa, más humana, más solidaria.

Esto último es uno de los puntos donde más énfasis queremos hacer. Desde Itaicí y luego en Nairobi, estamos especialmente invitados como Comunidad a re-ordenar nuestras vidas para hacer efectiva la dinámica de la Comunidad Apostólica, que discierne junta, que envía a sus miembros, que los acompaña y ayuda a evaluar la Misión para mejorar en nuestro servicio. Sin duda, Sigvol nos ayuda a cada uno de nosotros cevequianos, en la medida que comparte sus experiencias, errores y talentos, a profundizar en nuestra Misión Común CVX Ecuador, aunque no seamos miembros activos de la fundación. Y nosotros nos sentimos llamados a ayudar a Sigvol a profundizar en su misión, a cuidar la espiritualidad común que nos mueve, animándolos, cuestionándolos cuando haga falta (por supuesto en un ambiente fraterno) y reconociendo lo que de bueno hay y que sin duda es gracia que el Señor nos regala en sus trabajos y en su testimonio.

Queremos agradecer de manera especial a María Angélica Lewin quien durante el último año ha sido el nexo entre la CVX y Sigvol, que nos representa de manera concreta en nuestra meta de acompañar esta Obra Apostólica de la CVX.

Los animamos a renovar nuestro compromiso para acompañarnos, estar unidos en la oración y animarnos mutuamente a seguir viviendo fielmente nuestra vocación.

Un abrazo fraterno, en el Señor,

Chuco

Vocal de Apostolado Nacional