
Mediante este diseño he querido manifestar la universalidad y el encuentro con uno mismo. En la universalidad se ha dibujado el planeta tierra rodeado de gente, en donde se puede ver a una comunidad, el cual es un grupo de seres humanos comprometidos en el amor fraterno.
El encuentro con uno mismo, lo he manifestado con los siete rayos que emanan del dibujo del planeta tierra, que en primer lugar representan los siete dones del Espíritu Santo y mediante los cuales el hombre puede verse puertas adentro y desde este punto puede construir el Reino de Dios en la tierra.
“Tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana (Sal 143,10)”.
También se puede ver en la perspectiva de una invitación de la comunidad a la Trinidad a vivir plenamente en cada uno de sus espacios.
Referente a los colores se puede subrayar lo siguiente:
- El color amarillo, que especialmente sale del mundo, significan la fuerza de Jesucristo y de la gente que cree en el, para transformar la oscuridad en luz, la tristeza en alegría, el odio en paz, la venganza en perdón.
- El color naranja, color cálido, representa la vitalidad y la fuerza, combina la energía del rojo con la felicidad del amarillo.
- El color azul es un color frío, representa la tranquilidad, la estabilidad, la lealtad, la confianza, la sabiduría, la inteligencia, la fe, la verdad y la profundidad. También representa la consciencia, lo que busca encontrar un equilibrio con los otros colores cálidos que invitan a la reflexión e interiorización.
En resumen la idea es presentar a una comunidad, que vive con la fuerza de Dios y que busca encontrar al otro y transmitirle esa energía.
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