Mi nombre es Adelaida, soy médico, y formo parte de la Comunidad de Vida Cristiana en San Sebastián desde hace ya años. San Sebastián es una linda ciudad junto al mar, en el País Vasco, al norte de España, cerca de Loiola, la tierra de Ignacio. ¿Y de todo ello qué es lo que me conforma, lo que me da sentido? Por supuesto que mi nombre, aquel que recibí de mis padres, y que fue también el de mi bisabuela, me lleva acompañando desde siempre. Mi profesión es también muy importante para mí, llevo años en ese oficio, no sabría hacer otra cosa aunque quisiera, y muchos me buscan sólo por ello. Pero con toda certeza, lo que me llena, lo que me da vida, lo que me hace levantar cada mañana… es ese Diosito en el que creo, el que me lleva, el que me da la palabra,… el que escoge lo pequeño, lo sencillo, lo pobre, el que cuida de los olvidados. Y Diosito, el que me da cada mañana la fe, me dio también CVX como modo de agradarle y ayudarle en su Reino.
Y así fue como en la CVX encontré compañeros y compañeras de camino con los que seguir buscando lo más necesario, lo más urgente, lo más universal. Y en ello, me encargaron coordinar el Equipo de Migraciones de la CVX en España. Eran muchos los frentes en los que queríamos estar: sensibilizar a las comunidades, formarnos, actuar con otros, colaborar con los jesuitas. Ya los que nos habían precedido en el Equipo, coincidiendo con una reunion del SJRM (Servicio Jesuita de refugiados y migrantes) en Quito, habían conocido a alguno de los miembros de CVX en Ecuador. A otros los fuimos conociendo en sus venidas a España.
Y así fue como en la CVX encontré compañeros y compañeras de camino con los que seguir buscando lo más necesario, lo más urgente, lo más universal. Y en ello, me encargaron coordinar el Equipo de Migraciones de la CVX en España. Eran muchos los frentes en los que queríamos estar: sensibilizar a las comunidades, formarnos, actuar con otros, colaborar con los jesuitas. Ya los que nos habían precedido en el Equipo, coincidiendo con una reunion del SJRM (Servicio Jesuita de refugiados y migrantes) en Quito, habían conocido a alguno de los miembros de CVX en Ecuador. A otros los fuimos conociendo en sus venidas a España.
En Octubre del 2008 celebramos en Madrid el Encuentro Anual de Enlaces de Migraciones CVX. Y Diosito, una vez más, fue grande con nosotros: Eduardo Barahona de la Comunidad Amar y Servir en Quito y Roberto Vaca de la Comunidad Hesed también en Quito, y que ahora formaban parte de la Comunidad de Galilea en Madrid, acudieron a dicho encuentro. Nunca agradeceré lo suficiente el bien que nos hicieron. Nos hablaron de Ecuador, de las Comunidades CVX allá, del trabajo de SIGVOL… y sembraron semillas de locura en nuestros corazones. Fuimos comunidad hermana, comunidad solidaria, comunidad sin fronteras.
A partir de entonces, reiniciamos desde el Equipo el contacto con la CVX en Ecuador y sobretodo con Danilo Barragán, actual director de SIGVOL, y miembro de la Comunidad Iride en Quito. Lo que al principio iba a ser una colaboración con esta fundación, fue poco a poco atrapándonos en el deseo de buscar un acercamiento mayor entre nuestras Comunidades Nacionales, para así dar un mayor fruto. La Asamblea de Fátima había puesto palabras a nuestro sueño: “¿ Podemos ser realmente proféticos: viendo con los ojos de Dios, escuchando con sus oidos, escuchando a Dios, sintiendo con el corazón de Dios, y hablando la Palabra de Dios, una palabra de compasión para aquellos que sufren… y una palabra de conversión y solidaridad para aquellos que pueden hacer algo por los que sufren ( Padre A.Nicolás sj).”. y para la promoción de la solidaridad “las Comunidades Nacionales deberán considerar la gemelación como un medio eficaz para fomentar la solidaridad entre comunidades alrededor del mundo”.

Y así Ecuador, ese país chiquito cerca del cielo, entró en nuestra vida. Sólo nos quedaba ponerle voz y rostro.}
A partir de entonces, reiniciamos desde el Equipo el contacto con la CVX en Ecuador y sobretodo con Danilo Barragán, actual director de SIGVOL, y miembro de la Comunidad Iride en Quito. Lo que al principio iba a ser una colaboración con esta fundación, fue poco a poco atrapándonos en el deseo de buscar un acercamiento mayor entre nuestras Comunidades Nacionales, para así dar un mayor fruto. La Asamblea de Fátima había puesto palabras a nuestro sueño: “¿ Podemos ser realmente proféticos: viendo con los ojos de Dios, escuchando con sus oidos, escuchando a Dios, sintiendo con el corazón de Dios, y hablando la Palabra de Dios, una palabra de compasión para aquellos que sufren… y una palabra de conversión y solidaridad para aquellos que pueden hacer algo por los que sufren ( Padre A.Nicolás sj).”. y para la promoción de la solidaridad “las Comunidades Nacionales deberán considerar la gemelación como un medio eficaz para fomentar la solidaridad entre comunidades alrededor del mundo”.

Y así Ecuador, ese país chiquito cerca del cielo, entró en nuestra vida. Sólo nos quedaba ponerle voz y rostro.}
Adelaida La Casta
CVX España
QUE BONITO ADELAIDA, la verdad es que la suerte ha sido también para nosotros, toparnos en el camino, no es coincidencia sino "Diosidencia", como dice el DR. Carlitos, jeje.
ResponderEliminarY además de todo, poetiza...
ResponderEliminarAsí la vida sigue teniendo cada día un color por explorar