VIVENCIAS CARCELARIAS

Al terminar mis estudios en la Facultad de Artes de la Universidad Central, pensé en algún momento enseñar pintura en alguna cárcel, y crear un taller en el mismo para que los reclusos tengan un medio más con el cual puedan rehabilitarse y prepararlos técnicamente para que al salir pudieran trabajar y reinsertarse en la sociedad.

Recientemente al ingresar a SIGVOL como voluntario se me presenta el campo de trabajo como profesor de pintura en el el Ex-Penal en el taller que por iniciativa propia de los reclusos habían formado a partir del mes de enero del año en curso (2006); yo me encuentro trabajando desde el mes de julio, en poco tiempo hay mucho que contarles, es una especie de aventura, como escalar una montaña, o adentrarse en una selva enmarañada; bueno a mi personalmente me gustan las aventuras, el peligro, los riesgos, los retos le hacen “vivir” y salir de la vida rutinaria y egoísta que nos ha impuesto la sociedad y nosotros mismos.

Si eres creyente o no, si perteneces a tal o cual religión por el momento no cuenta, mirar un momento a tu alrededor y arriésgate y vive la aventura más fascinante de tu vida, la aventura de servir a los demás, la aventura de olvidarse de si mismo.

Introdúcete en las selvas enmarañadas de tu corazón siempre habrá algo bueno que puedas “dar”.
“Hacer” o “no hacer” “tratar” no existe.
¿Qué hay más allá de unas puertas oxidadas, carcomidas por el grito desesperado de libertad?
¿Qué hay más allá de unos barrotes testigos silenciosos del deambular de unos espíritus atormentados en la oscuridad de la existencia?
Más allá hay “nada” excepto lo que tu lleves en mente y corazón. Al otro lado puede ser que encuentres una manos y unos pies probablemente estigmatizados o una cabeza con espinas que aguijonean el cerebro.
O unos espíritus que tambalean esperando que “Tú” le devuelvas la “Fe”.