
Niño Dios, tú que naciste en un pesebre, te pido que no haya más miserias en el mundo.
Niño Dios, tu que naciste de una madre virgen, te pido pureza en este mundo.
Niño Dios, tu que eres salvador, sálvanos de los desastres que nos provoca la naturaleza.
Niño Dios, tú que nos diste la vida para vivirla, que la vivamos de acuerdo a tu gloriosa vida.
Amén.
La Navidad es el calor que vuelve al corazón de las personas, la generosidad de compartirla
con otros y la esperanza de seguir adelante.
Que la lluvia de la felicidad nos pille con el paraguas roto, que nos empape plenamente y que salpique a todos los que están a nuestro alrededor.
Muchas bendiciones en estas fiestas para ustedes y sus familias:
CVX-Ecuador
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