Novena
de Navidad – 2009
“Señora de la Noche Buena
Madre del Hombre Nuevo
Reina de la Paz;
Haz en nuestros corazones nazca otra
vez Jesús”
Con un
preparación de gran amor y corazón, nos embarcamos en el sueño de
llevar un año más, la novena a los niños hospitalizados, que sin
saber que compartiríamos con ellos los nueve días más lindos del
Adviento, no solo como preparación para revivir el nacimiento de
Jesús, sino para vivir con quienes más necesitaban la alegría de
sentir la espera de una Navidad diferente, y que a pesar de las
dolencias y malestares, dibujaron un sonrisa en sus rostros.
Entre las
manualidades, los títeres, la celebración de la novena y la alegría
que cada voluntario puso, hizo de esos momentos la sensación de que
nuestro caminar durante los meses de preparación, estaba tomando
forma. Vimos realizado nuestro objetivo de llevar y ser “fuego que
encienda otro fuego”; que nos motive a seguir sirviendo con el
deseo de dar todo de nuestra parte, para hacer eco en los pequeños
que se robaron el corazón de quienes compartimos con ellos, la
alegría, el dolor y la magia de la Navidad.
No sabemos, si nosotros
somos los que llevamos alegría o fueron los niños y sus familias
quienes nos llenaron y nos contagiaron de ella, de sus esperanzas y
de las fuerzas de vivir. Nos demostraron que la vida nos lleva, al
lugar más propicio, al rincón más especial, a brindar un ambiente
diferente, a cantar si es posible el “Burrito Sabanero” más de
10 veces por día, y que a pesar de todo, estuvimos allí y cada uno
de los niños estuvieron esperando nuestra llegada.
Cada día se suma a una
historia diferente, pero el mismo hecho de vivirla nos transporta a
recordar la misión como cristianos, a cuidar de quienes más
necesitan, a vivir con ellos y a ser parte de ellos. Y Así fue, en
nuestros vidas, no tendrá un sabor igual ninguna Navidad, porque el
hecho de haber sentido el paso en nuestras vidas, las experiencias
del Hospital Baca Ortiz, ya hacen que el color de la Navidad, no sea
solo el rojo y el verde, sino sea el color que cada uno le pone a su
vida y pinta con el recuerdo de que lo hicimos con entrega de
nuestro mejor tiempo, que lo hicimos por amor.
Porque a partir de la
experiencia, tenemos un camino por delante, no pensamos en 9 días,
ni un mes, pensamos en dejar una huella, que no se borre, una que
deje en cada uno de nosotros la alegría de ser “Voluntario”, en
cada momento de nuestras vidas y vigilando que nuestro corazón, no
se canse jamás de servir y amar.
Wilo Haro
CVX Guayaquil – Su
primera experiencia de novenas Navideñas. Hospital “Roberto
Gilbert”.
Los sueños comienzan con ilusiones, se
hacen realidad de la mano de Dios, y toman forma cuando las manos de
seres humanos con alma de soñadores trabajan juntas…
En los días previos a la
Navidad, en el Hospital de niños Roberto Gilbert se juntaron niños
y voluntarios, mamás, papás y enfermeras para dejarse tocar por el
cariño y esperanza del Nacimiento de un Niñito muy especial que
cambió la historia del mundo. Este Niñito, durante nueve días hizo
posible que a su paso aparecieran en todo este grupo humano una serie
de efectos colaterales como: que se regalaran sin miedo sonrisas y
“tuquis tuquis”, permitió que las personas se convirtieran en
depósitos de abrazos, en corazones dispuestos a escuchar, en manos
manchadas de goma y escarcha, en títeres parlanchines que contaban
cada día la Novena y en latidos de corazón conmocionados. Todo eso
apareció como un fenómeno de humanidad contagioso en el área de
niños de 5 a 8 años, llenándose el lugar de amor sencillo y
sincero, capaz de transformar la necesidad en comprensión y el dolor
en voluntad. Demostrándonos así cuales son los sentimientos que
preparan el alma para vivir real y sinceramente la Navidad.
En esos nueve días
vividos junto a los angelitos del Hospital, se forjaron sueños, de
ese tipo de sueños que aún cuando acaban nos hacen sentir su calor
y nos demuestran que este fue apenas el inicio de lo que vendrá.
Gracias Guayaquil por haberse dejado mover por el Niñito Dios en las
Novenas, gracias por dejar de lado ocupaciones, cansancio, trabajo, y
permitirse la bendición de sentir la Navidad al compartir el amor
que nos es regalado cada día de nuestra vida a los demás. Gracias a
todos los que estuvieron presentes de alguna forma para hacer
realidad este sueño. Que Dios se los pague!.
Gabi
Castillo L.
Gracias Gabi... sobre todo por tu entrega y creatividad para organizar y ayudarnos a vivir el real sentido de la Navidad.
ResponderEliminarSólo una aclaración: no es la primera experiencia de Novenas en Guayaquil. Hace algunos años, en el mismo hospital, la CVX Guayaquil preparó las novenas para los niños del Hospital. Gracias por ayudarnos a retomar esta iniciativa...
Un abrazo grande,