AQUÍ EL COMPARTIR CON OTRO DE NUESTROS PRESIDENTES CVX: José Batista Sobrinho de CVX en Brasil nos comparte sus sueños.
José, podrías contarnos ¿cuánto tiempo estás coordinando el CEN en CVX Brasil?
Estoy como presidente del CEN en Brasil desde abril del año 2007 y he sido reeligido por tres años más en nuestra última Asamblea en los días 16 a 18 de abril de 2010.

¿Qué ha sido lo más difícil de esta misión de servicio a la comunidad?
No me gustaría decir que tuve dificultades en la misión de prescidir la Comunidad Nacional, pues todas nuestras proposiciones fueron bien aceptadas y realizadas con grande ánimo y generosidad.
¿Cuáles han sido las mayores satisfacciones durante este tiempo?
Yo puedo decir que estos tres años fueron de mucha consolación. Yo he vivido en el cariño acogedor de Nazareth. María y Jesús estuvieron siempre presentes. Todos nuestros trabajos tuvieron apoyo de la mayoría de los miembros CVX. Fueron tiempos de una gran consolación.
¿Cómo podrías describir a la CVX de Brasil?
La CVX - Brasil nació en Pentecostés del año 1977. Empezó con grande ánimo. Creció mucho, desde hace algunos años ha permanecido estable. Es una CVX con un gran número de miembros con una muy buena formación y de una espiritualidad ignaciana de mucha solidez. Tenemos hoy, entre comunidades y pré-comunidades, cerca de 80. Ellas están formadas, en la gran mayoría, por adultos. Todavía no hemos percibido el surgimiento de comunidades jóvenes. Sentimos falta de inserción en los medios populares. Hemos intentado trabajar en esta direción con más apertura frente a los cuestionamientos y desafíos que el mundo de hoy nos presenta. Hacernos más comprometidos y eficaces.
¿Qué retos se plantean como comunidad para los próximos años?
Pretendemos hacer la CVX con una actuación mas visible en todos los niveles, con una misión común, formando un cuerpo apostólico y con comunidades proféticas. Este és nuestro sueño.
¿Cómo crees que el resto de la comunidad puede acompañar en este proceso, sobretodo a nivel latinoamericano?
Creo que nuestras Comunidades, en toda la América Latina, pueden hacer la diferencia. Espiritualidad Ignaciana nos lleva a ver el mundo com los ojos de Dios. ¿Cómo podemos, todos nosotros con una Espiritualidad tan cuestionante permanecer pasivos viendo a nuestros pueblos sufriendo con tanta miseria y no hacermos nada o casi nada? Esta situación me trae inquietudes. La CVX Latinoamericana precisa caminar con El Señor para Jerusalén. Allá existe muerte y persecución. Es necesario ser hombres y mujeres con coraje. Quizás morir por los hermanos sea nuestro llamado.
Envía un saludo a nuestros lectores.

A todos mis hermanos Latinoamericanos un fuerte abrazo. Quería decir a cada uno que soy muy feliz con ustedes perteneciendo a la misma Comunidad Mundial, compartiendo el mismo carisma y experimentando el mismo Cristo, debajo del mirar acogedor de Nuestra Madre. Muchas gracias y un feliz trabajo para toda la CVX en Ecuador.

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