A poco tiempo de cumplir un año viviendo en Roma, sirviendo a la comunidad mundial como miembros del ExCo (Consejo Ejecutivo CVX), Franklin y Sofía nos reciben en su oficina.
La sede de CVX en Roma funciona ahora junto a la curia de los jesuitas en una calle muy cerquita a la plaza de San Pedro. Es un sitio pintoresco pues queda justo en un arco romano que me imagino era punto de entrada al Vaticano. Desde una de sus ventanas Franklin nos saluda con la sonrisa que todos conocemos.
(Oficinas del Secretariado Mundial CVX)

En un tercer piso dejamos atrás un frio ascensor que nos conduce a las oficinas donde ahora trabajan Franklin y Sofía. El lugar es acogedor con colores cálidos y con un gran mapamundi pintado en la pared, lo que me recordaba la dimensión mundial de nuestra querida CVX.
En otra pared de una acogedora sala hay crucifijos multicolores y traídos desde todo el mundo, y de todos los materiales, lo que también me recordaba la riqueza de la diversidad de nuestra comunidad mundial.
Y ese es justamente el trabajo que vienen haciendo Franklin y Sofía desde hace ya casi un año, servir a esa comunidad mundial rica en diversidad y lo que también hace más difícil el trabajo.
Los detalles de sus actividades y su experiencia en este primer año de servicio los conoceremos en un próximo compartir. Por ahora me conformo con compartirles que este primer año no ha sido nada fácil para esta pareja que se han iniciado como matrimonio en un país lejano y con otro idioma, sin embargo irradian felicidad y cariño.

He podido comprobar que están llenos de deseos y de iniciativas para que nuestra comunidad mundial sea un verdadero cuerpo apostólico en servicio de los más pobres.
Quiero dar gracias a Dios por el servicio que nos dan a todos a pesar de las dificultades y renuncias que diariamente realizan, y porque siguen siendo portadores de esperanza y con una gran capacidad de acogida. Ojala que como verdadero cuerpo apostólico y comunidad profética sepamos también acompañarles en su misión.
(EDU, Roma 19 octubre 2010)
He podido comprobar que están llenos de deseos y de iniciativas para que nuestra comunidad mundial sea un verdadero cuerpo apostólico en servicio de los más pobres.
Quiero dar gracias a Dios por el servicio que nos dan a todos a pesar de las dificultades y renuncias que diariamente realizan, y porque siguen siendo portadores de esperanza y con una gran capacidad de acogida. Ojala que como verdadero cuerpo apostólico y comunidad profética sepamos también acompañarles en su misión.
(EDU, Roma 19 octubre 2010)
Quiero hacer explícito mis más sinceros agradecimientos por la cálida acogida en Roma!!
ResponderEliminarDios les pague amigos!
EDU Y MAMÁ