En San Sebastián, a 11 de junio 2011
Queridas comunidades en Cuenca, en Guayaquil, en Manta, en Quito, querida Comunidad de Vida Cristiana en Ecuador, queridas ñañas y ñaños,
En este día en que os reunís en Asamblea, me uno a vosotros en corazón y en oración, me acerco, “con temblor y temor”, desde esta pequeña ciudad en el norte de España, cerca de Loiola, a vuestro país chiquito tan cerca del cielo, para contaros que desde siempre fuimos hermanas y hermanos en el seguimiento a Jesús Resucitado, para contaros que cada uno de nosotros fue llamado por un mismo Señor, Padre de la Vida, a una misma fe y a una misma misión en la Iglesia y en el mundo, la de ser profetas de luz y esperanza.
Pero hoy, este sentimiento de fraternidad se hace gesto y palabra. El Hermanamiento entre ambas Comunidades es ya una realidad apoyada y confirmada por el CEN en CVX-Ec y el Comité Ejecutivo en CVX-E, y por ello es un día de alegría compartida.
Quiero dar gracias a todos los que sembraron en estos últimos años el deseo apasionado por formalizar este hermanamiento, y fueron poco a poco regando esa semilla y haciéndola crecer. Gracias a Elisa, a Eri, a Carlos, a Manolo, a M.Carmen, a Daniela, a Santi, a Gabriel, a Roberto, a Alfonso, a Pía, a Eduardo, a Nerea, a Freddy, a Guiller, a Amparo, a Analú, a Lorena, a Panchito, a Sandy, a Caro, … a tantos, a todos que pusieron rostro y vida a la letra de los documentos. Gracias a Danilo y Chuco por su cercanía afectiva y efectiva, por su paciencia conmigo y con nuestro Comité,… Y por encima de todo, gracias al Señor por la abundancia de sus dones, por llamarnos a misión de tanta responsabilidad a pesar de nuestra pobreza.
Abiertos al resto de la Comunidad Mundial, a la Iglesia y al mundo en el que vivimos, el Hermanamiento entre nuestras Comunidades nace para ayudarnos a dar más fruto en nuestra misión y crecerá en la medida en que no perdamos de vista el horizonte al qué estamos llamados: en todo más amar y servir al Señor y al mundo, en todo buscar la fe , la esperanza y la justicia para los empobrecidos y excluidos, los jóvenes, las familias ...
Y aun os quiero pedir una cosa más: os pido vuestra oración y vuestro acompañamiento para Roberto Vaca de CVX en Quito y para mí, enviados como enlaces, sin merecerlo, para guiar y animar en este primer tiempo el proceso.
Pedimos a nuestra madre María, a la Virgen Dolorosa, a San Ignacio de Loyola, a San Francisco Javier y a todos los santos, que intercedan ante Dios por cada uno de nosotros y nuestras Comunidades, para que vivamos cada vez más profundamente esto que decimos, y actuemos más eficazmente como Cuerpo Apostólico que avanza con Cristo pobre y humilde a través de la historia humana, cada vez más estrechamente identificados con su misión.
Un fuerte abrazo de la más pequeña entre vuestras hermanas y amigas
Adelaida La Casta
CVX en Donosti
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