noviembre 13, 2008

Contemplando lo Indecible: Fragmentos de la Asamblea Mundial

Ema Pires, desde Malaca

1.
Respondiendo al reto lanzado a los voluntarios, aquí dejo un testimonio breve, avalado por la experiencia personal de voluntaria.

Una misión concreta a la que fui destinada – coordinar el equipo de los cafés de la mañana- me llevó a experimentar, contemplar, ayudar a alimentar a 200 rostros CVX. Fue un tiempo de servicio en el que aprendí cuán sublime es la actividad de servir cafés o tés.

2.
Composición viendo el lugar
VER (aún de fuera y de lejos):
A la llegada a Fátima, la Asamblea Mundial aun apenas un conjunto de muchas personas, rostros difíciles de distinguir, unos sonreídos, otros cansados, unos blancos, otros negros, jóvenes, viejos, laicos, consagrados. Rostros casi indistinguibles en la multitud. Después, esos rostros se van transformando en personas, concretas, con nombres, orígenes y necesidades tan diversas.



SABOREAR:
En Fátima 2008, en los cafés de la mañana, es delicioso saborear la diversidad de sabores de los delegados: unos beben té con leche, otros café, incluso otros, beben té mezclado con café. Otros a penas leche. Todos al parecer tienen una inclinación universal por galletas con chocolate. Vale la pena, igualmente, traer a la memoria un mundo de paladares que los delegados llevan con ellos, desde casa hasta allí: los chocolates de Austria, los dulces picantes de México, los thosai o pan ázimo de Kenia, que se usa únicamente en días de fiesta.

ESCUCHAR:
La música de todas las lenguas del Mundo en Fátima; las voces de tantas personas, unidas en la eucaristía. Los sonidos de las hojas agitadas por el viento que corre entre los árboles. Escuchar la música de tantos lugares del mundo, el silencio;




SENTIR, TANTEAR:
Los objetos que cada delegado trajo consigo y entra a la comunidad mundial. Los bordes rugosos de una vasija partida por las fractura de la guerra africana. Y de todas las otras guerra menos visibles.




OLER:

El incienso en la iglesia, o el perfume de las flores, la fragancia del café; o el olor del bosque, de los abetos, de la tierra luego de la lluvia, de los alimentos, en el día abierto.

VER (de cerca, de más adentro):
Ver como el Mundo interior ve a Fátima. Ver que en la CVX: todos somos diferentes y también parecidos. Cuerpo apostólico, en movimiento. Cultivando un sentido de lugar en la vida, en la familia, en el mundo.

Imaginar cada uno de los delegados de regreso a casa, después de la Asamblea Mundial (AM). De vuelta a los lugares de misión personal. A Una en Londres, o Ramón en Hollywood, o Andreas en Vienna, a Yvonne en Ruanda, o John en Manila, o Eduardo en Madrid, o Mauricio de camino a Roma, o Luis en Oporto; y tantos, tantos más, distribuidos por los cuatro costados del Mundo. De norte a sur, de este a oeste.

Y por todo esto dar Gracias!

3.
Salir de la AM, a semejanza de tantos otros miembros CVX, una sonrisa en el corazón, movida por una luz de Pentecostés, e con mociones de cuarta semana que iluminan el camino. Y ahora?? Ahora que ha pasado una espacio de bienestar que ha sido la AM, en que medida soy/somos llamados a hacerme/hacernos al lago y a lanzar las redes para la pesca?

Y la CVX-P (o mundial)? Como podemos crecer como comunidad nacional, después de haber acogido la AM. Y la CVX-Sul, que caminos nuevos (o renovados) somos llamados a trazar?

Tengo una esperanza muy fuerte de que, como los discípulos al camino de Emaús, que ninguno se quedará en el mismo lugar después de Fátima!

Saudades a todos, en Cristo

Ema Cláudia Pires
CVX-P
[Grupo Versículo, Lx]
Malaca, 12 de Novembro de 08 D.C.


Desde que participé en la AM, hay una pregunta que me asalta, siempre que recuerdo el nombre de nuestro boletín:

Será o Céu realmente a Sul?!...

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