A ti,
Mi querido amigo/a:
Tú sabes que estoy en Francia, y yo sé que no te he escrito en mucho tiempo, y en medio de la inestabilidad que se cierne sobre nuestro país, me atrevo a pedirte que me acompañes por unos minutos en un compartir. Vengo de un encuentro ignaciano de jóvenes de la CVX, y créeme que en él, te pensé mucho y pedí por ti, agradecí a Dios porque alguna vez te puso en mi camino y por eso te quiero contar mi experiencia.
Si recibiste este e-mail, es porque en algún momento de la historia hemos vivido un encuentro con el Señor, algún esfuerzo apostólico, un compartir comunitario, en fin, hemos compartido nuestra fe y hemos disfrutado de la alegría de ser amigos en el señor. Por esa razón, sé que tú, más que nadie, comprenderás de lo que hablo. Y en honor a lo vivido, te cuento:
1. Imagina que de pronto te encuentras lejos, muy lejos de tu casa, de tu clima, de tu gente, de tu nicho, de tu idioma, de tu todo y luego siente que por las mil y un ocupaciones y problemas, te vas alejando poco a poco de tu estilo de vida, de lo que te enseñaron, de lo que alguna vez estuviste convencido, por lo que alguna vez luchaste, te desvelaste y te la jugaste. Ya ni siquiera tocas guitarra. Simplemente te alejaste de Dios. Desolación.
2. Luego, imagina que una mañana de pronto te levantas y RECUERDAS frases como “El que busca, encuentra” y te animas a buscar. Agradeces que todo esté a un click de alcance y activas una especie de CATOLICA/CVX/IGNACIANA SEÑAL, y como en los Thundercats, aparece gente que hace CLICK INSTANTANEO con tú inquietud. En mi caso, me puse en contacto con la CVX Local, (¿cómo? Vi un número en internet). Y justo por esas diosidencias ese preciso fin de semana había un encuentro ignaciano de jóvenes CVX con tema “DIOS EN MI VIDA”. Fui cordialmente invitado. El tema fue dirigido por un jesuita y animado por dos cevequianos.
3. El lugar. Imagínate una casa de retiros llena de jardines y espacios para reflexionar, hacer oración, trabajar algún texto, hacer algunas dinámicas y sobre todo comer. Tú sabes de lo que hablo. Ahora imagina una jornada con 13 jóvenes ignacianos que empieza con refrigerio de bienvenida, dinámica para romper el hielo y sobre todo un espacio de oración personal para pedir por la experiencia y ofrecérsela al Señor. ¿Qué es lo que fuiste a buscar? Yo fui a buscar un reencuentro con el Señor. Sólo eso.
4. Luego comida. Imagínate un almuerzo en donde cada uno llevo algo para compartir. Vinito, Ratatouille (como la peli), yo lleve un postre de fresas. Un compartir informal, conocerse mejor. Un Ágape como en los viejos tiempos!!!.
5. Luego un compartir, donde cada uno habla de su experiencia de Dios. Sientes que tienes poco o nada para compartir por haber estado alejado de tu estilo de vida, sin embargo te nutre escuchar a otros su experiencia. A mí me consoló mucho el volver a escuchar lo que había dejado de decir. Noche de integración. Levantarse con Oración.
6. SEGUNDO DIA LA MEJOR PARTE. Una contemplación del Buen Samaritano. Bueno, ya conoces muy bien esta lectura, la has leído tantas veces, es frecuentemente utilizada para motivar al apostolado y el servicio al prójimo. Sin embargo, sólo por esta vez, no te sientes interpelado por la actitud del samaritano, solo sientes que el personaje desde el cual contemplas la historia es la del hombre herido, y eres tú ese hombre tendido en el suelo y que es el Señor que en la persona del Samaritano “Te lleva sobre su montura”, se hace cargo de ti y paga para que te cuiden bien.
No puede haber mejor regalo. Yo me quede allí, en esa escena, un largo tiempo (Sentir y gustar).Antes luego de esa lectura mi inmediata reflexión era “hay que servir, vamos al apostolado, vengan todos” pero por primera vez y lo digo en serio me quedé en la imagen del herido y me sentí amado.
7. Luego una reflexión con textos de Arrupe. Y al final una misa!!!, cuya peculiaridad era un espacio de 30 minutos para orar el evangelio con un breve compartir en pequeñísimos grupos. Fue para mí un feliz final luego de dos días de reencuentro con el Señor.
BUENO, SI TE PUDISTE IMAGINAR LO QUE TE ACABO DE DESCRIBIR, ENTENDERÁS EL POR QUÉ DE ESTE COMPARTIR. Te habrás dado cuenta que esto también lo escribo para mí, esta pequeña evaluación será MI FUENTE A LA QUE VOLVERE, cada vez que sienta que me alejo, para no dejar que el tiempo y el enemigo apague esta pequeña chispa que se vuelve a encender.
Por ahora ya me anoté para ejercicios espirituales. Ya me asignaron una comunidad y este fin de semana 17/10/2010 va a haber un Encuentro Regional de CVX-Sur de Francia. Te he de contar como me va.
Al final de cuentas, no se puede luchar contra lo que uno es ;)
En Cristo,
Emilio José Aguayo
CVX Guayaquil (ahora en Francia haciendo estudios de postgrado)


Gracias Emilio!!! hasta un pronto y feliz regreso, cuenta con nuestra plegarias... ponte en contacto con Sofía y Franklin en Roma, podrían encontrarse alguna vez... abrazo,
ResponderEliminarMuchas Gracias Emilio!! Un fuerte abrazo a la distancia.
ResponderEliminaratte,
Davicho