enero 25, 2011

MAGIS IV: RELATO DE UNA EXPERIENCIA ÚLTIMO DÍA


Realizada por María Consuelo Escobar H., enviada por la CVX Colombia 
Casa de Espiritualidad Pedro Legaria
Bogotá, 21-22 de enero de 2011


La nostalgia y los buenos recuerdos revistieron el último día de trabajo intensivo de esta primera etapa del Magis IV, y los sentimientos de alegría y gratitud, motivados por la invitación de Nicaragua al grupo, manifiestos a partir de expresiones simbólicas constituidas desde la sinceridad del corazón, pleno de experiencia. Las banderas de los 12 países se alzaron y rindieron homenaje al laborioso ejercicio realizado en comunión, oración, celebración y aprendizaje. Ello sería el anuncio del encuentro eucarístico que daría cierre al programa, presidido por el Padre provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, P. Francisco de Roux S.J. En una sentida celebración, los Magistas dieron testimonio de las mociones fundamentales que nacieron de la experiencia, los desafíos y compromisos a los que se sienten llamados, y a partir de la ambientación llevada a cabo con las banderas y los símbolos de los bienes recibidos, proclamaron su vocación de entrega apostólica y fueron enviados en misión a sus distintas comunidades nacionales.
Con la fiesta de Colombia, que inició la noche del día 10 con la exposición Historias de 100 ciudades: crónicas de un viaje fascinante por Colombia, compartida por Diego Rosselli, y la muestra gastronómica y artística de la que participaron todos los miembros de esta delegación nacional, acompañados por la CVX Bogotá, celebramos la maravilla de la vida comunitaria, a ritmo de cumbia, torbellino, salsa, joropo y san juanero. Deleitamos los paladares con tan diversos sabores, nos hicimos presas de la risa hasta las lágrimas, con el inigualable humor y la riqueza narrativa de nuestra Colombia, y con el corazón conmovido proclamamos el amor por nuestra patria, la unidad en la diversidad de nuestras regiones, y todo nuestro ser, con enorme gratitud por ser parte de la comunidad del Magis, hizo derroche de alegría por sabernos Latinoamérica.

En este ambiente de despedida y espíritu de celebración, el último Relato de una experiencia está construido también en clave compartida, por nuestras dos últimas delegaciones: Venezuela y Colombia. Aunque sus testimonios fueron aportados en dos momentos distintos del cierre de la experiencia, indudablemente las perspectivas frente al Magis, en su complementariedad, hacen justicia al sentido que 12 días atrás convocó a la comunidad latinoamericana a apostar por que esta tradición se encarnara en un nuevo encuentro, y a la mayor gloria de Dios, nos hiciéramos parte de la construcción de su nueva historia.

Mis últimas palabras como gestora de estas 12 reseñas, expresadas en la gratitud para con Ronny Estrella, participante de la CVX Venezuela, y Gloria María Hernández, miembro de nuestra CVX Colombia, por su generosidad, las hago extensivas a todos sus lectores: al equipo organizador del Magis en Colombia y Latinoamérica; a Carolina y Florecita en su incansable esfuerzo; a cada uno de los protagonistas de nuestros relatos, en quienes hallé todos los días inspiración, aprendizaje y un sentido renovado de compromiso con la comunidad CVX; a los 61 Magistas, por sus sonrisas, sus abrazos, su preocupación, sus buenos deseos y sus oraciones; a mis amores, José Raúl y Mateo, quienes acompañaron pacientemente esta labor; y al Señor, quien me puso como testigo de sus maravillas en todos estos hermanos, escribiendo conmigo cada uno de los textos, e iluminó con espléndidos amaneceres todos los días.

María Consuelo Escobar H.


RESEÑA DESDE LA MIRADA DE RONNY JAVIER ESTRELLA

1. Presentación como participante en el Magis IV: 

R/ En primer lugar quiero agradecer la oportunidad de compartir con toda la comunidad del Magis y toda la comunidad latinoamericana, a través de éste, que es un medio para dar testimonio de la presencia de Dios en nosotros. Yo soy de Venezuela, específicamente de Lara –Barquisimeto-, en el centro-occidente del país, entre Zulia –Maracaibo-, y Caracas. La tradición de mi ciudad en este Magis ha cobrado un gran significado, porque aquí he querido hacer vida lo que todos los 14 de enero se celebra en Barquisimeto: la fiesta de la Divina Pastora. Éste tiene lugar a través de una de las procesiones más grandes en distancia de Latinoamérica, comparable a nivel de aglutinamiento con la de la advocación de Guadalupe. Ésta es una caminata de más de 8 km. de recorrido. A pesar de no poder estar con mi comunidad, que año tras año acompaña a la Divina Pastora en procesión, pude hacerlo de manera espiritual, y en ese sentido puedo decir que este año llevé a cabo, con el Magis, una procesión y un caminar, así como María camina todos los 14 de enero para nosotros. Para mí el Magis fue eso: ‘caminante no hay camino, se hace camino al andar’. Esa es realmente la frase que más me ha llenado en este trayecto, la presencia de esa Señora del Camino que está siempre con nosotros. Yo pertenezco a la comunidad M y M, de Barquisimeto. Provenimos de la fusión de otras comunidades que, en reducción de número, se fueron integrando. Además soy guía de una precomunidad que se llama Océano, integrada por jóvenes universitarios que inician el conocimiento del modo de vivir en CVX. En Barquisimeto mi labor pastoral es en cooperación con algunas actividades del Centro de Espiritualidad y Acción pastoral, auspiciado por la Compañía de Jesús., en Ejercicios Espirituales, desarrollo de talleres de espiritualidad, de crecimiento personal y de acompañamiento espiritual. Además de eso estoy con la familia de Fe y Alegría, con el proyecto de radio 97,5 FM, de Barquisimeto; en internet se puede escuchar en www.radiofeyalegrianoticias.net. Allí damos curso a la misión de evangelizar a través del espectro radiofónico, y lo hacemos en primer lugar por medio de los programas de espiritualidad que tiene la CVX, donde tratamos temas controversiales, con distintos puntos de vista no ortodoxos, para educar al radioescucha, y, de igual modo, con un programa de música, donde integramos la alegría y la festividad con la vinculación de ser mejor cristiano y mejor persona cada día.
Vengo de Venezuela, en una situación económica con muchas trabas, por efecto del control de cambio que nosotros vivimos, y que evidente genera un inconveniente, que pudiera ser una excusa muy cómoda para no disfrutar de la experiencia. Pero yo creo que cada una de esas piedras en el camino va siendo también un reto al que nos vamos enfrentando. El planteamiento en el Magis, en esta primera etapa, consiste en no sólo hacer cristología para saber más, sino como una experiencia para poder servir mejor. Desde esa dimensión es que yo he sentido la invitación a estar en él, más allá de tener o no título. Eso en el fondo ‘de nada sirve si perdemos nuestra alma’, como diría San Ignacio a San Francisco: ‘de qué nos vale conquistar al mundo, tener muchas cosas, si perdemos nuestra alma’.

2. Impresiones sobre Colombia, la bienvenida y el encuentro con los participantes de los distintos países.
R/ Nuestra relación de hermanos, con Jesús en medio de nosotros, es fundante para mí. La llegada al Magis ha sido sobre todo una experiencia de reconocimiento de la realidad en la que nos encontramos, porque comencé a disfrutar la cristología en mi viaje por tierra en todo el trayecto desde Barquisimeto hasta Bogotá, que me permitió ver toda la costa de Colombia, la realidad de las carreteras, en el paso por muchos pueblos desde Venezuela hasta acá. No me detuve en todos los lugares, pero traté de ir compartiendo con la gente cómo vive, cómo se plantean las cosas fuera de la ciudad, lo que es parte de la realidad de nuestra Latinoamérica. En Bogotá ha sido muy grato sentir la acogida, la solidaridad y el acompañamiento, tanto por la organización del Magis, como entre los compañeros participantes.                               
  
3. Aspectos que destacar de la experiencia. 

R/ Para mí es muy determinante el haber iniciado el proceso con la persona de Jesús. Yo creo que todo proceso de formación en Espiritualidad, por lo menos para nosotros como cristianos católicos, debe comenzar por conocer realmente la figura del Jesús humano e histórico, para luego entender cómo es que él es el rostro visible del Dios que está dentro de nosotros, y que muchas veces no hacemos consciente. Desde allí podemos visualizar cómo místicamente sentimos la presencia de Dios en medio de los hermanos. En ese sentido yo he visto la solidaridad que se plantea entre los compañeros del Magis, hacia una sensibilidad hacia los más desfavorecidos, los excluidos de toda la vida. Esto me marca, porque entre nosotros mismos a veces podemos ser parte de esos excluidos por distintas razones; se trata de ser parte de esa historia en la que Jesús vino a dar un mensaje de esperanza a esas personas que eran los empobrecidos y los excluidos de su tiempo. Para mí eso ha sido muy destacable, y sobre todo por la experiencia de no centrarnos en teorizar desde la academia más formal -que evidentemente es importante para tener referencias con buen soporte-, sino tener una mirada cristológica desde la vivencia más simple de cada uno de nosotros, desde las distintas regiones que venimos, desde las duras realidades que compartimos en Latinoamérica, en cuanto a las desigualdades, el problema en la distribución de la riqueza, y el gran porcentaje de pobreza, tanto material como espiritual.

4. Tema central sobre el que versaron las actividades del último día.

R/ Yo rescato definitivamente que los Ejercicios Espirituales que plantea San Ignacio son fruto de la experiencia fundante con Dios; una experiencia de 20 años, que es lo que él tarda en su peregrinar, y además sin ninguna intención de publicar los Ejercicios, sino simple y llanamente describiendo su vivencia y su relación con Dios, y ver cómo ella va constituyendo cada una de las escenas propuestas a contemplar de la vida de Jesús, siendo complementarias una con otra. Hablamos entonces de un Jesús que es tan humano como nosotros, menos en el pecado, y cómo los Ejercicios Espirituales proponen una pedagogía cristológica, en la que se va describiendo Jesús desde su encarnación hasta su muerte y resurrección, y con ello a quien realiza la oración se le invita a sentir y vivir lo mismo que sintió Jesús. El sentido de todo ello se resume en el Principio y Fundamento de San Ignacio, que fue lo último que se escribe: nuestro absoluto es Dios, y él es nuestro creador, el que nos permite realmente ser los que, junto con él, somos cocreadores de cada una de las cosas que vemos en la vida, y que vamos construyendo en nuestro medio ambiente. Yo creo que el cierre de hoy, con Ignacio, es decir que definitivamente Ignacio de Loyola nos presenta, como parte de esta Espiritualidad, una visión de Jesús más cercana a cualquier otro tipo de catequesis que podemos ver dentro de la Iglesia, que en ocasiones, aunque puede tener muy buena intención, puede estar basada en la imagen de un Dios lejano; en cambio éste es un Dios que se encarna y se vuelve uno más de nosotros, y desde esa realidad genera la propuesta de cambio referida en la necesidad de ordenar los afectos. Y uno de los afectos desordenados que se da de manera recurrente es la exclusión, y justamente ese es el planteamiento: los Ejercicios Espirituales y la cristología inherente a éstos ponen a Jesús como figura absoluta que le sirve como rostro al Dios que es amor, contrapuesto al Dios que siempre nos han querido vender, que es un Dios castigador.

5. Mociones y reflexiones fundamentales manifiestas al término de la experiencia.

R/ La moción más importante, lo comentaba hoy en la eucaristía, es que definitivamente hay la sensación de encarnarnos también con ese Jesús, como comunidad latinoamericana. De hecho yo compartía el día jueves en la oración de la mañana la realidad de ver cómo a uno le cuesta despedirse en estos momentos, decir que este encuentro intensivo se termina, ver con sentimientos encontrados y con tristeza cómo se van yendo ya algunos miembros a sus ciudades, pero con el compromiso de que, aunque se van a la distancia, en el espíritu siguen quedando con esa misión de hacer realmente valer lo que Jesús nos enseñó y dar la buena nueva a quienes lo necesitan, a esa gente que realmente nunca ha tenido ese contacto. En lo personal yo debo agradecer a la comunidad latinoamericana el poder estar en estos momentos, conversando, ya que bajo la situación de austeridad en que vine no tenía posibilidades de cubrir un imprevisto que tuve, y gracias a la solidaridad de la comunidad latinoamericana pudo reunirse lo que necesitaba para continuar aquí. Ante esa misma situación yo el día miércoles tuve una moción interesante, y es que no necesitamos hablar cuando estamos en el nivel de comunidad, fraternidad y hermandad que tenemos en este Magis. No es necesario decir con palabras las cosas. La sensación, las palabras, los gestos, la percepción, te van expresando el sentimiento del otro. Un compañero de Uruguay me preguntaba entonces qué me pasaba en la cena, porque estaba un poco pensativo y callado, y yo le decía que justamente, con todo lo que habíamos ido viviendo, me encontraba ordenando mociones. Primaba el sentimiento de haber conseguido tal fraternidad y sentido de comunidad latinoamericana, de cuerpo apostólico, que no somos solamente parte de una comunidad local, sino que somos más que una comunidad local, y quizás en ésta hemos sentido más acompañamiento aún de lo que hemos tenido dentro de nuestros procesos internos en nuestra región y en nuestra localidad. Eso también me llenó de muchas emoción, ante lo cual, por supuesto, la comunidad latinoamericana respondió mucho más de lo que yo pensaba, y sentimos que estamos unidos en un mismo espíritu y la alegría de uno es la alegría del otro, aunque no sepa por qué estás alegre; pero es el mismo espíritu que nos traspasa y que nos une. Por eso yo hoy comentaba: definitivamente, más allá de nuestros nombres particulares, no somos nosotros quienes habitamos en nuestros cuerpos en estos momentos, es Dios quien habita en nosotros y a través de nosotros se manifiesta a los otros. Somos los rostros visibles de ese Jesús, y ello es un gran reto, porque con cada uno de nuestros nombres es también Dios quien hablará por nosotros en una realidad que nos corresponde afrontar al volver a la cotidianidad, una cotidianidad que no puede ser, si vivimos en Comunidad de vida cristiana, la de tener una vida cristiana, apostólica, los fines de semana, y una vida mundana entre semana. Se trata de integrarnos, y es justamente lo que en este encuentro yo he encontrado, y es el gran compromiso de buscar en todo momento que la vida sea integral y seamos coherentes con el mensaje de Jesús, si decidimos ser sus seguidores.


RESEÑA DESDE LA MIRADA DE GLORIA INÉS HERNÁNDEZ, CVX COLOMBIA


1. Presentación como participante en el Magis IV: 
Soy psicóloga, trabajo con la Compañía de Jesús hace aproximadamente veinte años. He estado vinculada con el Colegio San Pedro Claver, de Bucaramanga, en diferentes áreas. Estuve en psicología, en recursos humanos, y ahora estoy en planeación y desarrollo, que es un área dependiente de rectoría. Con la comunidad Melodía estoy hace casi once años, pero esta comunidad sólo seis años después de su conformación consideró unirse a la CVX Nacional. Fuimos descubriendo, a partir de la CVX en el Colegio, lo que era la propuesta de vida de CVX, que siempre nos atrajo, pero estuvimos un poco lentos para tomar la decisión de hacernos parte de ella. Estoy separada hace cuatro años, y tengo dos hijos: una niña de 14 años y un niño de 9, para quienes el hecho de que estemos en la CVX ha sido una gran bendición, porque al estar separada a veces nos hace falta el apoyo de otras personas, y la CVX se ha convertido en una familia extensa de hermanos y hermanas que están con nosotros cada vez que necesitamos ese apoyo.

Yo considero que la CVX Colombia está en este momento en un proceso de crecimiento fuerte. Creo que las comunidades que somos miembros de ella, que tenemos algo de antigüedad, estamos comprometidas y muy interesadas en compartir este carisma CVX, con otras personas, y percibo que esto ha hecho que vaya creciendo el número de comunidades en el país, que en este momento tenemos en Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena y Medellín. Sumado a ello en el año que acaba de pasar tuvimos la fortuna de terminar la propuesta de nuestro plan de formación, que es realmente un tesoro para los cevequianos que estamos ya en este proceso, pero aún más para las personas que están interesadas en iniciar este camino, porque realmente es una forma segura de ir recorriendo los pasos que se tienen que dar para entender la propuesta CVX, para fortalecer los grupos que inician, para acercarse a la vida cristiana, y sobre todo para entender cómo esa vida cristiana en comunidad nos mueve a comprometernos con ser misioneros, con llevar el Evangelio, con ayudar a Jesús en la construcción del Reino. El crecimiento se está dando entonces, tanto a nivel de cantidad de miembros, como a nivel de ese recorrido en el carisma CVX, en la formación. A nivel apostólico en mi comunidad Melodía tenemos actualmente dos frentes de trabajo. Uno es misión; algunos en veredas y otros a nivel urbano, en zonas vulnerables de la ciudad, por ejemplo con personas que han sido afectadas por fenómenos de desplazamiento, bien sea por violencia o por fenómenos naturales. En este trabajo nos hemos querido unir a la Compañía de Jesús con el Proyecto de Regionalización, desde la vida misionera que hemos elegido. El segundo es el acompañamiento a comunidades que están iniciando su recorrido. Actualmente lo hacemos a dos precomunidades: Manantial y Emaús, cuyos miembros están en el proceso de discernimiento para hacer sus compromisos temporales.

Creo que Dios nos brinda muchas oportunidades y bendiciones cuando nosotros le servimos. El año pasado me llega la noticia del Magis, que conocíamos anteriormente por una compañera de comunidad que lo había cursado en una versión anterior. Estuvimos siempre al pendiente de su proceso. Lo empezamos a dialogar en la comunidad y yo sentí la moción, pues este compromiso misionero ha hecho que cada ver sea más importante la necesidad de fortalecer el conocimiento interno de Jesús, no solamente a nivel teórico, sino interior. Sentí que era una buena oportunidad, lo discernimos en la comunidad, y la conclusión fue aceptar participar. Es un reto a muchos niveles: cumplir con las lecturas y los seminarios, pero además compartirlo con las demás personas en CVX a nivel regional, y llevarlo desde nuestros apostolados a los demás. Estoy muy satisfecha de haber dicho sí al llamado que sentí.

2. Qué significó el ser parte de la comunidad anfitriona del Magis IV:
R/ Para la CVX Colombia es una alegría muy grande poder recibir a un grupo tan hermoso de cevequianos latinoamericanos. Como colombianos tenemos ese don de acogida, y en CVX éste se hace más grande. Sin duda fue muy grato hacer todo el trabajo para ofrecer nuestros servicios, nuestros conocimientos, poder compartir a las otras personas de Latinoamérica lo que sabemos de nuestro país y colaborar con lo que necesitaran para que su permanencia en Colombia fuera la mejor. Una bendición. Si bien servir y dar exige, yo siempre he pensado que cuando uno da se siente más pleno, más realizado que cuando recibe. Creo que todos estábamos interesados en que cada una de las personas se sintiera bien, se sintiera acogida, y resolver sus inquietudes, colaborar en la solución de aquellos inconvenientes que se presentaran, entonces realmente fue gran una oportunidad de servicio y de fraternidad para la CVX Colombia.

3. Aspectos que destacar de la experiencia. 
R/ Yo plantearía, indudablemente, que la mayor riqueza que tiene el Magis, y lo digo basada en la experiencia de trabajo que tengo con el Colegio, es lo que podría llamarse su propuesta de ‘formación integral’. Yo considero que para ser un laico comprometido tenemos es necesario ser fuerte diferentes dimensiones de nuestro ser, y realmente puede convertirse en algo muy peligroso que nos parcialicemos, en lo intelectual, o lo espiritual, por ejemplo, y que abandonemos otras dimensiones fundamentales. El Magis nos hace ese llamado al crecimiento y al equilibrio personal, y esto nos hace mucho más receptivos al llamado de Dios, que también nos sana, pues para escucharle es importante tener nuestra vida organizada, y el Magis nos ayuda a revisarla y a estar atento a cada uno de sus aspectos. En cuanto a la formación, tanto con la experiencia extensiva de la fase preparatoria, como con la intensiva en esta fase cristológica, estoy convencida de que tiene la capacidad de integrar el conocimiento intelectual con la vivencia espiritual. Yo creo que conocer a Cristo, su mensaje, su palabra, no puede ser un acto puramente teórico, que se quede sólo en frases bonitas, llamativas; debe ser un mensaje que llegue y que salga de adentro, desde el corazón, desde las entrañas, como nos lo decían. Esto lo ha logrado el Magis; los profesores que nos han acompañado personalmente, los tutores que lo han hecho desde la distancia, realmente nos han sabido hacer llegar ese mensaje desde el fondo de nosotros mismos. El último elemento que quiero resaltar ese encuentro fraterno de la comunidad latinoamericana: aquí no sólo tomamos conciencia de las realidades de todos nuestros países, sino que se unen fuerzas a nivel espiritual y físico, el compartir de experiencias nos enriquece muchísimo, nos da luces en los diferentes países para enriquecer nuestros apostolados, dar respuestas a problemáticas que son muy similares en muchas oportunidades, y quizás cuando nos quedamos en nuestro metro cuadrado no alcanzamos a visualizar de maneras diferentes. Esto tiene su propio peso en el proceso del Magis.

4. Tema central sobre el que versaron las actividades del último día.
R/ Los últimos días estuvimos trabajando cristología en los Ejercicios Espirituales. Realmente fue un recorrido muy interesante para los que hemos hecho los Ejercicios, pero que no somos acompañantes. Yo creo que para quienes lo son fue una revisión y profundización, sobre el tema de cómo encontrar a Cristo en los Ejercicios, cómo esta experiencia nos lleva, incluso, desde el Principio y Fundamento, a tener un encuentro verdadero y profundo con Cristo. Pero cuando nosotros vivimos la experiencia sin ser acompañantes, la vivimos desde el sentir, desde lo que Jesús nos va diciendo en ese proceso de los Ejercicios, y comenzamos a dimensionar lo que hay detrás de su propuesta en cuanto al conocimiento de Jesús. Me pareció muy interesante ver cómo esta propuesta de San Ignacio nos lleva al conocimiento del padre amoroso, de ese padre que es a su vez madre, y que nos invita a sentirnos amados, a sentirnos creaturas, a creer, a sentirnos creados y recreados día a día. Fue interesante caer en cuenta de que, a pesar de que en la primera semana, aparentemente, no está Jesús, en realidad es precisamente su acontecer lo que nos ayuda a encontrarnos con él desde el Principio y Fundamento, sin intermediarios, a partir de cada una de las meditaciones que se van realizando. Con la segunda semana nos encontramos directamente con Jesús, después de haber recibido la invitación de ordenar nuestra vida, de confirmar el deseo de seguirle, intuyendo que es Cristo el que se nos muestra y nos propone dejarnos permear por él para luego transparentarlo, pero en esta segunda semana nos encontramos más profundamente con su vida, descubriéndole oculto, en la encarnación, y permitiéndole que se encarne también en nosotros: tomar conciencia, como nos lo decía el padre Iván Restrepo S.J., desde el recorrido que hemos hecho. Encontramos que tras los Ejercicios Espirituales está el Jesús de Nazaret público, que nos llama a entender cuál es su mensaje, su forma de vida, su secreto de salvación, y que éste radica en ver que él viene a este mundo, se hace hombre, y recorre un camino difícil en el cual tiene que cuestionar la realidad de su época, y reconoce que hay una vida con la que él no está de acuerdo: cuando el ser humano es excluido, rechazado. En proceso de ese conocimiento nos hacemos también partícipes de su obra. Empezamos a sentir con él que tenemos que construir ese reino de amor, en donde todos somos importantes, y especialmente aquellos que fueron en un momento dado excluidos. Pero luego se trata de encontrar cómo todo ello lleva a Jesús a la cruz, y sentir con él ese dolor que siente por los excluidos y al ver cómo, hasta sus más cercanos amigos, en ese momento tan difícil, se alejan y lo niegan. Pero de la mano de esto encontrarnos también con la maravilla de la resurrección, el triunfo sobre la muerte, porque ese Jesús en el cual nosotros creemos sobrepasó la muerte, habita y sigue trabajando desde cada uno de nosotros por esa causa por la cual se hizo hombre: incluirnos a todos, amarnos a todos, luchar por una vida digna para todos los seres humanos, por una vida de equidad y servicio de unos por otros, de compartir, porque con la resurrección se hace uno con todos nosotros, nos hace Cristos y nos invita a vivir trabajando cada día por ese reino, con una fuerza renovada por el Espíritu Santo, que viene con Pentecostés, y que podemos vivir también en la tercera y cuarta semanas. El padre Iván, con mucha claridad y metodología nos lo pudo compartir, y así fue como yo lo viví.

5. Mociones y reflexiones fundamentales manifiestas al término de la experiencia.
R/ El cierre fue muy emocionante por muchas razones. Es maravilloso ver cómo el espíritu de Dios logra anidarse en los corazones de todos, y hacernos uno con él, con el creador. Empezar a descubrir en regiones tan distantes como Brasil o México personas que luchan, que sueñan como nosotros con un mundo mejor, y que trabajan por ese mundo, es realmente emocionante. Era la alegría de ese compartir de casi quince días, con personas de las que sólo conocíamos sus nombres. La despedida fue como la confirmación de todos los lazos y afectos que logramos constituir. Además de esa dimensión de amigos y hermanos en la fe, a nivel espiritual siento que Jesús a cada uno nos habló de diferentes maneras, y cada uno lo recibió de acuerdo con las necesidades del propio contexto. Me pareció maravilloso encontrar a todos sintiendo la alegría de Dios que se revela en cada uno, ante todas las dificultades que algunos tuvieron para estar aquí, y a pesar de esto se sintieron llamados a continuar la experiencia desde el proceso de aprendizaje y crecimiento personal, tanto como de compromiso para compartir con la CVX de cada país, con las regiones, y con cada comunidad particular. En el momento final cada uno sentía a Jesús dentro de sí, resucitado y enviándonos en misión, a seguir construyendo el Reino, renovados, después de la cercanía que tuvimos con él, con su historia, con su vida, tanto desde los evangelios, como desde la fe. Fue muy bello compartir la eucaristía final con todos los jesuitas que nos habían acompañado durante estos doce días, y especialmente escuchar al padre Francisco de Roux S.J., quien ha sido un incansable luchador por esta causa de procurar una vida más digna para los excluidos. Su mensaje es muy sencillo, pero muy comprometedor: que no podemos estar a medias tintas, nuestro compromiso por los más pobres y los excluidos, con aquellos a los que nadie llega, o muy pocos, y sin la contundencia que se requiere, debe asumirse de manera seria, No sólo se trata de sentirnos buenos porque los visitamos un día, sino comprometernos con ellos para dignificarlos, y para que este mundo sea más inclusivo, más equitativo. Yo me sentí enviada a continuar trabajando seriamente por esas personas que, desafortunadamente, nuestra sociedad ha afectado y ha excluido de todo lo que la dignidad humana requiere. La fiesta con la que concluimos estuvo deliciosa, hubo un compartir pleno, y los colombianos nos sentimos más colombianos y los extranjeros se sintieron un poquito colombianos con nosotros, y estoy dichosa de haber tenido la oportunidad, en ella como en el resto del Magis, de ejercer la integración latinoamericana.

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