marzo 12, 2007

El dolor de perder a alguien cercano...

Yo trabajo con un Sr. Liberiano, Patrick, de unos 45 años, él había sido el que llevaba los temas logísticos en la capital antes de que yo llegara, prácticamente él y otra chica eran, el hombre y la mujer orquesta aquí. Este señor en un principio sentía que al yo llegar él podría ser desplazado de sus funciones, pero traté de que se diera cuenta de que yo no estaré por mucho tiempo aquí y lo importante era empoderarlo a él de tal manera que cuando yo ya me vaya sea él quien continúe con estas funciones.
Este señor, la verdad es que es muy amable y muy educado, tiene 9 hijos, su esposa vive en un pueblo llamado Salala con algunos de sus hijos, el vive cerca de nuestra casa, en una casita demasiado humilde con su hijo menor. La verdad es que desde que llegue nos entendimos bastante bien porque el siempre estuvo dispuesto a recibirme y a dejarme trabajar junto a el.
Hace ya dos semanas ocurrió algo que me impactó mucho, mientras encendía el generador junto con Daniela, escuche que algo inusual sucedía. Escuchaba sollozos y Daniela me dijo en ese momento que Patrick había perdido un hijo, para mi fue durísimo ese momento. El dolor de perder a alguien cercano, es algo que a mi no me ha tocado vivir mucho, sin embargo cuando un padre pierde a un hijo debe ser un dolor muy intenso y muy duro. Cuando lo vi, estaba en el piso en shock, mi primera reacción fue levantarlo y consolarlo un poco.
Desde que nos entrevistaron para el JRS siempre nos habían dicho que esta ONG prácticamente trabajaba con refugiados y que parte de su trabajo es relacionarse con la gente de base y ofrecerles su apoyo. Todo esto había sido muy racional y no me había dado cuenta hasta que sucedió esto. Luego de que se fue a su casa sentí que debía hacer algo, entonces es cuando el JRS cobró mas sentido para mí, y es porque su lema es acompañar, servir y defender.
Para mi, acompañar significó que debía ofrecerle mi ayuda y mi apoyo, entonces pase con el un tiempo solamente escuchándolo y tratando de calmarlo. Creo que para mi es muy difícil entender lo fuerte que es perder un hijo casi adulto. Es que para estas personas perder a alguien es demasiado duro porque ellos y sus familias prácticamente desde que nacen, comienza la batalla por sobrevivir, para empezar tiene que pasar las mal nutriciones, luego pasar las enfermedades y para rematar tienen que sobrevivir a guerras.
Este chico tenía 16 años, ya era una fuente de ingresos para su casa y murió de una mordida de serpiente, lo cual me cuestionó mucho porque hoy en día existen los antídotos para cualquier mordedura, lo importante es reaccionar rápido y asistir a un hospital cercano, todo esto en un escenario optimista. Pero aquí en África la gente se muere por cualquier cosa, es súper triste esta realidad pero lamentablemente ellos no tiene hospitales cercanos en kilómetros y lo peor de todo es que no tiene recursos para ir en una emergencia.
Yo pienso en lo afortunados que somos en tener cada ciertos miles de habitantes varios hospitales en nuestros barrios o tenemos la posibilidad de poder pagar un seguro médico e ir cada vez que nos duele algo. Lo único que pensaba durante este tiempo es que estaba muy agradecido con Dios por tener a mi familia con vida y sobre todo porque aun estando acá tengo a la mano hospitales, medicinas, seguros etc.
Quiero agradecer a todos los que nos han enviado sus mensajes de apoyo, nos sentimos muy acompañados y queremos que sepan que estamos disfrutando nuestra estancia en África, gracias por tenernos en sus oraciones y sobre todo gracias por su amistad, estas cosas hacen que reconozcamos lo valiosos que son nuestros amigos, compañeros de trabajo, comunidades y familiares.

Rodolfo Arce

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