abril 16, 2007

Bendecidos y escogidos para la misión...



Vamos profundizando poco a poco en el estudio del Programa Magis y ya en nuestra primera reunión formal de estudio, en el que compartíamos lo que es ser un cristiano en América Latina, hemos ido descubriendo el paso de Dios en nuestras vidas, como hemos sido bendecidos y escogidos, desde el bautizo y la primera comunión en nuestra infancia, la confirmación en la adolescencia y este madurar en nuestra fe ahora desde nuestra vocación CVX. Hemos ido contemplando y comprendiendo, mientras leíamos el libro de Codina, que no hemos sido nosotros los que lo hemos buscado sino Dios que ha encontrado la manera de irnos enamorando y cómo nos sigue invitando a conocerlo más, a descubrir su rostro verdadero a través de este estudio.



También nos acordábamos de quienes nos dieron la primera clase de catecismo, quienes nos enseñaron a rezar, quienes nos invitaron al primer apostolado, quien nos invito a la CVX, detrás de todos ellos estaba Jesús invitándonos a seguirlo. Incluso detrás de la clave tradicional que la veíamos algunos con recelo porque encontrábamos que la forma de mostrar a Dios no era la correcta pero también la vimos con cariño al reconocer en ese catecismo, nuestro primer contacto con Dios.



Se nos va llenando el corazón de gratitud y nos sentimos muy amados por esa invitación amorosa a seguirlo en este camino, en el que tanto amor recibido no puede quedar solo para nosotros y nuestra personal consolación sino que debe ser transmitido a quienes no lo conocen o no lo han podido ver claramente.



Esta invitación de Jesús y la vez el irnos descubriendo a nosotros como cristianos comprometidos y seguidores suyos supone también comprometernos con nuestra realidad, a hacer un esfuerzo real para contrarrestar las causas y efectos de la injusticia social, la extrema pobreza, las estructuras opresoras que ataca a nuestros países latinoamericanos. Como cristianos no poder quedarnos pasivos ante esta realidad sino hacer lo que Jesús haría en mi lugar, en mi entorno, con mis talentos y oportunidades.



Esta lucha constante de ir contracorriente en un mundo individualista donde prima el bienestar personal sobre todas las cosas y por sobre quien sea, estar en los primeros lugares, tener la mejores cosas, este mundo que nos seduce todos los días es sin duda un camino difícil que por nuestros propios medios no podríamos superar, pero Dios nos muestra su amor además dándonos su Espíritu, ese Espíritu que nos da la fuerza para poder ser co-participes de la misión de Jesús, para ser mediante nuestra vida testimonio del amor de Dios que se traduce en el servicio a los demás, a hacer presente el Reino de Dios en nuestra realidad.



Salimos de nuestro primer encuentro de estudio con ese sentimiento de empezar a sentirnos comunidad, ya en la primera reunión, porque además de compartir el estudio compartimos la misma misión, los mismos sueños, los mismos miedos y rebosantes del amor de Dios por habernos bendecido y escogido a cada uno de nosotros a seguirlo en su Misión.



Gachi

Participante del Programa Magis III
CVX Guayaquil



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