Realizada por María Consuelo Escobar H., enviada por la CVX Colombia
Casa de Espiritualidad Pedro Legaria
Bogotá, 15 de enero de 2011
Las delegaciones de Uruguay y Argentina enriquecieron el encuentro la noche del quinto día, compartiendo un poco de su historia, sus costumbres, y en especial la riqueza del mate como bebida emblemática, enseñando sus distintas preparaciones al grupo. Ese mismo arraigo cultural tuvo lugar en la oración ofrecida por los brasileños a primera hora de la mañana, en una sentida y solidaria súplica, cantada en portugués, que encomendó a las víctimas de la tragedia humanitaria acarreada por el invierno en nuestros países, y particularmente en la ciudad de Sao Paulo. Nos unimos con ellos en este clamor y pedimos al Señor que acompañe nuestra oración y acción de entrega a nuestros hermanos sufrientes, así como nuestro espíritu de lucha para que, por su intercesión, la historia redima la muerte y la orfandad, y se constituyan las estructuras, internas y externas, para dar fundamento a los nuevos orígenes.
Agradecemos a la querida ‘Coco’ Rosales, participante de la CVX México, el testimonio que veremos a continuación, gran inspirador de un sentido de humanidad como éste.
RESEÑA DESDE LA MIRADA DE SOCORRO ‘COCO’ ROSALES, CVX MÉXICO
1. Presentación como participante en el Magis IV:
R/ Mi nombre es Guadalupe Socorro Rosales Maya, de la ciudad de México. Soy una persona jubilada ya, dueña de todo mi tiempo desde hace casi 2 años. A través de 50 años que laboré puede tener un muy buen desarrollo profesional, gracias a Dios: dos carreras, dos maestrías, y un apoyo constante de mis jefes. Trabajé en tres empresas en cincuenta años. Esto demuestra que soy una persona centrada en objetivos. Soy feliz con mis dos hijos, ya casados, y mis cinco nietos. Me gusta mucho la lectura, las historias de las personas que me aporten algo en la vida. Me gustan los deportes, hago natación diaria hora y media, y me gustan las manualidades. Pero sobre todo lo que más me gusta, a través de mi desarrollo profesional, por mi primera carrera, que es la Contaduría, es el contacto con la gente. Cuando llegué a tenerlo me di cuenta de que eso era lo mío, de que me satisfacía. También di clases en la universidad, y allí también me apasionó esto. Llevo 15 años en Monterrey, al norte del país, por una oferta que me hicieron a los cincuenta años, en un proyecto que inicialmente sería de 18 meses y que se prolongó todo este tiempo empatando con un proyecto tras otro- Allí he ido conociendo otro tipo de sociedad de mi bello país, los diferentes procesos y las diferentes necesidades de ésta y otras ciudades. Al principio yo me decía ‘Señor, ¿por qué me mandaste aquí, a esta ciudad de tanto calor, y que tiene unas situaciones tan difíciles?’ Por ejemplo, en las fábricas los trabajadores laboran con una temperatura interna en las máquinas de 800°C para la elaboración de los productos, las bobinas, y externamente la ciudad está a 40°C, y me encontré a los trabajadores con botas de plástico. Entonces ahí me di cuenta de que no era posible que ellos trabajaran así, que estuviesen es esas condiciones. Y por eso doy gracias a Dios, a este Jesús que llevo en mí, que ahora he conocido, que habita en mí y que no lo quería reconocer. Y yo le digo ‘¿por qué me trajiste a esta ciudad, con esta deshumanización con los trabajadores?’. Sentí, como nos decía Consuelo Vélez esta mañana, ‘el llamadito’ que Dios nos hace: yo sentí que me había quitado de mi confort, de mi vida placentera, con mis programas, para conocer otra realidad de México: la explotación a los obreros. Pues esto se prolongó a lo largo del país: en el Estado de Sonora, al norte, en la ciudad Hermosillo, en donde en el verano se alcanzan 50°C, y en el sureste, en las plataformas marinas, donde el calor es húmedo pero también de más de 40°C. Pero las situaciones de trabajo en ambas ciudades de México, muy diferentes, son radicales, de explotación en el sur, y otro tanto en el norte, de proximidad con los Estados Unidos.
Vivo sola, muy a gusto, y el estar sola me ha dado la libertad de poder administrar mi tiempo como quiero, y lo digo con mucho orgullo, porque yo vengo desde el vientre de mi madre de la Congregación Mariana, o sea que yo no puedo estar en otro lugar que no sean los jesuitas; no les echo flores, pero esa es mi educación. Yo llego a Monterrey sin conocer a nadie más que a mi hijo. Y me preguntaba qué hacer; compré el periódico y lo primero que vi es un anuncio que decía ‘Curso en el Centro Cultural Loyola’, y yo dije esto es lo mío. Yo sentí que no estaba abandonada en ningún momento, antes de mi temporada de quince años de viajar, ayudando a implementar los sistemas de calidad de las diferentes empresas, viendo diferentes tópicos, sociedades, gustos, y con ese Jesús en mi portafolio, en mi corazón, cuidando mi cajita de diskettes para que no se me perdiese. Cuando tenía que reunirme con los gerentes, con los jefes de producción, en ocasiones yo tenía miedo porque, aunque ahora no se da tanto, antes era un ataque constante a la mujer, y de incapaz y tonta no te bajaban, y alguna vez dije ‘Señores, vamos a empezar este proyecto, muy importante para mí, muy importante para la empresa porque lo necesita para su certificación, y si no, no habrá contratos ya para ella, y les dije: ‘qué les parece si nos encomendamos a Dios’ -en una sala elegante, con todos muy bien vestidos-, y se quedaron sorprendidos… ‘hagamos una oración intensa para que este reto que vamos a iniciar salga1. Eso me marcó, porque las personas se dieron cuenta de que no era yo ninguna tonta y de que tenía a alguien que me respaldaba, que es Dios. Ésta es una de tantas anécdotas que tengo de mi vida profesional, de cómo el personal administrativo, de tacón y corbata, me decía ‘La tacher’, y en los niveles de producción, con los asistentes, los ayudantes, los que hacen la chamba, los que sufren porque no les llega la materia prima, o un rotor se rompió, o un motor no funcionó, me decían ‘la Madre Teresa’. ¡Qué chistoso, compararme con personalidades muy grandes para mis zapatos, pero a mí me daba gusto y daba gracias a Dios, por entrar en una sociedad de hombres, machistas, que no estaban acostumbrados a que una mujer les orientara en el trabajo, que no dan su brazo a torcer. Pero eso enmarca mi personalidad, me gusta entregarme, me gusta dar. Tuvimos que traer a la Secretaría de Educación Pública para que ayudara a los trabajadores a terminar su primaria y su secundaria. Yo le decía al director ‘yo no puedo trabajar con estas personas que no saben leer ni escribir’, ‘no me van a poder interpretar lo que yo les estoy diciendo: cómo van a sacar parámetros, dispersiones, datos estadísticos, si no saben de lo que les estoy hablando’. ‘Y tampoco voy a pedir que los despidan, ¡si tienen 30, 40 años de trabajo, yo no puedo hacer eso!’. Y les dije varias veces: ‘si ustedes no hacen el trabajo como debe ser traigan otra persona que se los haga, yo no voy a exponer mi experiencia profesional por flojeras’.
En Monterrey me iba yo al Centro Cultural Loyola, me inscribí en clases de Biblia, y fui llevando también mi crecimiento espiritual; retomé lo que había dejado atrás hace algunos años de mi Congregación Mariana, y me volví a identificar con este Jesús amoroso, sonriente, que me impulsa, que siento cómo me empuja -aunque yo a veces le dijera ‘espérate, que aún no lo he dominado’, y como que él me respondía que no necesitaba saberlo al 100%, y sólo necesitaba orientarles-. Fue una etapa muy bonita. Hice cinco año de Biblia, y después alguien me dijo insistentemente que tenía que formar una CVX allí, pero yo me decía que mis problemas de trabajo eran más que suficientes, más la visita a mis padres a México de manera constante para ver cómo estaban, mis hijos, mis nietos que iban creciendo, una maraña de cosas muy bonita, pero ¡tener que formar ahora una CVX! Yo rehuía, pero el grupo con el que salimos del estudio de la Biblia ya nos conocíamos y nos habíamos acostumbrado a reunirnos y a convivir. Pues eso que estábamos haciendo ya era CVX –me decían-, ahora faltaba que leyéramos los Principios Generales, y comenzáramos por ahí… los Ejercicios Espirituales, invitar a otras personas, etc. Esto fue como en el 2003-2004, y a la fecha no nos hemos Separada. Mi comunidad se llama El camino, ese camino que nos oriente a la construcción del Reino de Dios. En ese entonces se estaba conformando otra comunidad y me piden que les ayude; nosotros estábamos formándonos al tiempo, y lo hicimos sin ningún guía, como Comunidad de Vida Cristiana. En la ciudad de Monterrey las personas son un poco especiales, porque estamos a tres horas de los EEUU, y todo es muy light, muy suavecito, y me enojo mucho en ocasiones porque no siento que nazca ese amor, esa entrega, esa pasión que a veces quisiera yo inyectarles. Para hacer las cosas siempre hay muchos pretextos, pero ahí vamos caminando. Con otro cevequiano antiguo, de los fundadores, nos fuimos enriqueciendo en la formación para la comunidad. Asistí a la ciudad de México a un curso que había ido a tomar a Roma y nos impartió Mauricio López, sobre liderazgo. Y fue una oportunidad de abrir otro panorama de lo que es la CVX, de lo que se necesita para prepararte mejor, para que tengas este bagaje de cimiento y poder enfrentarte. Luego de esto se necesitaba montar la Mesa de servicios, y como por ser Contadora Pública tengo la manía de anotar todo, me nombraron secretaria. Y entre tanto vino la Asamblea Nacional, solicitaron postulantes para la conformación del CEN, y me empujaron a ello. Yo les digo que no puedo decirle que no a Jesús. Y formo parte a nivel nacional de la formación, y el año pasado empecé a hacerlo del Magis; pero en ello necesitaba orientarme para orientar a otros. Y tengo la necesidad de que todo este entusiasmo perdure.
Yo llegué aquí con una gripe terrible y ahora estoy arrobada, ya sé cómo ayudar a la Comunidad Nacional en el Magis, para que no estemos solos, para que no estemos inventando, como me pasó a mí, que a base de golpe y palazo tuve que aprender, y nunca voy a terminar de hacerlo. Ahora que estoy enamorándome más de Jesús ver otro panorama, que en ocasiones no quiero ver, que es mi entorno, en parte familiar y en parte de todas mis amistades. Así como en las clases de escuela que me ofrecieron impartir, providencialmente con los Salesianos, en ética y valores, a 70 o más personas, los sábados cuando salen de trabajar: son personas de servicio, choferes, albañiles, jardineros; es el día en que los dejan salir, pero es el día en que ellos quieren ser otro tipo de personas. ¡Dime si Dios no me pone las cosas! En ese inter, como somos Iglesia, como yo sé que Jesús dice: ‘yo te estoy dando estos dones, para que los participes y para que compartas en otros lugares’ En la misma Arquidiócesis de Monterrey estoy ayudando en la pastoral social de la mujer. Dios me tiene copada, no puedo decirle que no.
2. Impresiones sobre Colombia, la bienvenida y el encuentro con los participantes de los distintos países.
R/ Yo creo que por los nervios, la emoción que traía, se me cerró la garganta y me dio una tos espantosa, pero aquí me tienes. Feliz, agradecida con Dios, con la vida, porque estas oportunidades de aprender, de saber, de ver otro Cristo que aquel que llevaba como un chip, y ahora como por un cañonazo que me han dado se transforma y veo que está actuando a través de mí; y entonces reflexiono sobre mi compromiso, qué es lo que estaba pensando o creyendo tantos años: Jesús, que pide que yo le siga en el camino. De tu ciudad, nunca me imaginé que hiciese ese fresco mañanero tan sabroso, que creo que también me resfrió un poco al llegar, antes de las 6:00 am. Me encantó lo que recorrí del aeropuerto para acá. Y me dije, estas grandes avenidas, este ladrillo, esta infraestructura, qué bonito, muy parecido a la ciudad de Berlín, me ha encantado. Mañana voy a conocer una maravilla natural: la Catedral de Sal de Zipaquirá, y estoy ansiosa.
3. Aspectos que destacar de la experiencia.
R/ Doy gracias a Dios porque me da la oportunidad de andar caminando, conociendo la creación, en donde está Dios vivo, respirando, donde todo ser vivo está en una cosmogonía fabulosa, y entiendo que no puedo destruir nada. Al contrario, doy gracias porque veo, porque oigo, porque puedo tocar a una persona bonita, porque puedo ver sus brillantes ojos, porque siento en mis entrañas emociones de querer hacer, de esta hermandad de todos nosotros, que somos 60 personas de diferentes países con una misma intención… no sé por qué hay maldad. Son pocos, y muy escandalosos, y hacen mucho daño. No soy cobarde, he tenido momentos en que he tenido que parar el caballo, y he sentido dolor, y también después de esa respiración profunda y ese discernimiento, tengo que decirle gracias, porque andaba yo equivocada, soberbia, y he tenido que tomarme mis pastillitas de humildad. Eso es una de mis peticiones, y en mi objetivo puse: ‘Señor, dame sensibilidad para poder comprender qué es este Magis y poder transmitirlo’. Soy feliz, tengo unos hijos maravillosos, conozco gente linda y maravillosa, y en la medida en que aquí mi horizonte se va ampliando veo gente que ni me imaginé, que está llena de esa espiritualidad. Aquí qué lugar tan hermoso, necesitaba esta paz hace tiempo. Tendré que tomar una decisión de bajarle al ritmo en que vivo, porque me he comprometido a estudiar al menos una hora diaria. Voy a hacer mi balance de qué es lo que voy a soltar, para que yo pueda participar y hacer seguimiento a los magistas de México. No es casual que yo esté acá, el Señor me haya puesto los medios, y hay que dar buenos frutos y entregar una cartera después llena del trabajo realizado.
4. Tema central sobre el que han versado las actividades del día.
R/ Después del cañonazo que me dieron ayer y todos estos días, moviéndome el tapete, siento que este día ha transcurrido con gran emoción: la lectura que hemos tenido que hacer, retomar esas parábolas desde otro punto de vista, quitar lo que tengo aprendido y ver la intencionalidad del Jesús histórico, ese que dice ‘sé más simple, más sencilla, más humana, más tranquila’. En la mañana, hablando de cuál fue el motivo por el cual a Jesús se le crucificó, participé diciendo: además de transgredir la ley, su protesta en el templo fue causa de enojo porque ahí era donde se depositaba todo el oro, toda la riqueza del pueblo. Pero cuando Consuelo añade a esto que Jesús quería hacerle ver a los fariseos que estaban actuando mal, que rectificaran, que no era la opresión romana sino que eran ellos en su soberbia… eso es lo que yo quiero captar, releer la palabra del Evangelio, qué otras cosas me está diciendo, para poder quitarme esta venda antigua de un Dios todopoderoso. Un jesuita en Monterrey nos decía que ese nombre fue puesto después, y lo que significa es que el Señor es poderoso en todo, y ahora ello se me confirma, porque siente el dolor humano, porque está ahí, entre los marginados, entre los excluidos; ahí es a donde mi camino me empieza a llevar. Es eso lo que he captado hoy, que éste es el camino que hay que seguir.
5. Mociones y reflexiones fundamentales que se han hecho presentes en la oración personal y del grupo.
R/ Después de ver la experiencia de mis compañeros, que cada uno usó su creatividad y todos coincidimos en que es necesario el agrupamiento, el incluir, no el excluir, el cobijarnos, a pesar de que cada quien hizo su ejercicio e interpretación, y todos dijimos eso, veo que no es casual. Eso está en mi corazón: no marginar, y regresar a Aparecida, que nos está diciendo que es por aquí, les guste a unos o no. Sabemos que seguir a Jesús no es fácil, que puedo ser excluida, que puedo ser condenada. Pero mis sentimientos por acoger, por dar, persisten, y no soy cobarde –decía-, menos ahora. Estoy completamente segura de que los ciclos se cierran, y debe hacerse con armonía para que no suframos, y así como toda cadena está llena de eslabones en algún momento se va a terminar, y hay que estar dispuesto a la apertura, a lo que me llame Dios, con mucha alegría.
Que lindo testimonio Coco Rosales, la TAcher, la Madre TEresa, que grande es Dios que se deja ver en personas como tú, gracias por compartir.
ResponderEliminarEDU